Ser malo es bueno, ser malvado es incluso mejor
Overlord II plantea una situación un tanto diferente. Con el mismo ejemplo, podríamos decir que sería como unirte a los bandidos para esclavizar al pueblo o matar a los bandidos y destruir la ciudad. Dentro de este juego la moral y lo que es correcto salen por la ventana desde el momento en que tu camino se cruza con la primera foca bebé que se convierte en un gorro más para tus esbirros. La única decisión que debes tomar es: ¿dominar o destruir?
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